NUESTRA EDUCACIÓN

Que los males que nos acechan son culpa nuestra es algo indiscutible; no podemos culpar a los demás dado que lo que pasa en la sociedad es culpa de la sociedad en su conjunto. Y que esto tiene que ver con nuestra educación es de una lógica aplastante, dado que actuamos según nos han enseñado. Hoy prima la inmediatez, el egoísmo absoluto, el hacer lo que nos interesa sin preocuparnos del resto, una especie de «esto quiero, esto tengo»; si hemos de pisar a alguien, pisamos y ya lo justificaremos, somos expertos en buscar excusas para todos nuestros actos.

El otro día vi orinando a alguien en la calle. No era el campo, ni siquiera un parque, era una calle y estaba orinando en una acera; le importó poco o nada que a otros nos parezca una guarrada o que nos podamos manchar o que tengamos que irnos por otra parte. No era un «sin techo» ni un demenciado; era un hombre joven-maduro, correctamente vestido, acompañado de su hijo preadolescente al que supongo que estaba intentado educar con esa actitud tan cívica y que tanto decía de él. No podía alegar ni siquiera una urgencia incoercible, dado que se trataba del lateral de un supermercado en el que hay urinarios públicos (lo sé porque yo acababa de usarlos y puedo asegurar su perfecto funcionamiento). Por supuesto no le dije nada pues con esa actitud tuve miedo de que además fuera portador de armas.

En resumen, ese cerdo (que me perdonen esos nobles animales) y su actitud creo que es un claro reflejo del estado actual de la sociedad. Como no espabilemos…

«Los valores en los que hoy en día la humanidad sintetiza sus más altos deseos son valores de decadencia» (Nietzsche).

EL NUEVO SECRETARIO GENERAL DEL PSOE

Una democracia necesita algo más que un partido fuerte, necesita una oposición que sea alternativa de gobierno. Si no, se convierte en una oligarquía o en un estado totalitario; total, si nadie más que yo voy a ser elegido, me ahorro convocar elecciones y aquí se hace lo que yo diga. Algo así como con Franco, aunque en este caso la ausencia de oposición fue por una actitud activa en este sentido; vamos, que fueron eliminados (literalmente).

El caso es que actualmente la única alternativa al PP es el PSOE; independientemente de si nos gusta o no o de cuál sea nuestra ideología. El caso es que este partido va a la deriva y cada vez es más preocupante y más difícil de parar.

Ahora nos salen con un nuevo secretario general; es elegido mediante primarias, con varios candidatos, todo muy democrático, dando lecciones a diestro y siniestro. El problema es que este señor no comienza muy bien; tan sólo voy a dar 4 apuntes de lo parecen son sus 4 primeras decisiones.

1. Nada más ser elegido, se reúne en petit comité con 2 personas que no han tenido las narices de someterse al escrutinio de la ciudadanía, dejando claro que en realidad está donde está gracias a ellos y dejando claro quién manda en realidad y cómo. Extraño concepto de democracia para personas a las que se les llena la boca con este concepto.

2. Primera decisión: sale elegido entre otras cosas con la promesa de celebrar unas primarias para elegir candidato en un mes determinado; no han pasado 24 horas desde que es elegido y ya sale diciendo que ya veremos cuándo se celebran, si se celebran… ¡Olé!

3. Primera decisión «de calado» (¿soy al único al que le carga esta expresión?): votar en contra de algo que tenían que haber votado a favor porque fue un acuerdo al que llegaron con otros partidos y cuando estos últimos cumplieron su parte. Así me gusta, confianza, seguridad, honestidad,… Que lo disfrace de lo que quiera, pero creo que hay que tener palabra, si no acabaremos siendo una república bananera.

4. Hoy sale diciendo que va a tener un gobierno en la sombra. El concepto en sí, absolutamente antidemocrático, es como mínimo preocupante. Como preocupante es que ningún periodista (de los que yo he oído) haya hecho ningún tipo de crítica al respecto y lo acepte así, sin más. Personalmente creo que no ha querido decir lo que ha dicho, pero eso no es mucho mejor dado que denota una lamentable ignorancia que me hace pensar que no tiene nivel para responsabilidades de gobierno. Al menos yo no quiero que me dirija alguien que no sabe de lo que está hablando o, peor aún, que lo sepa demasiado bien.

«Así no, así no» (Ortega y Gasset).

QUIERO MI AFORAMIENTO YA

Resulta curioso que en la mayor parte de los países democráticos apenas haya aforados y aquí tengamos más de 10 000. Personas que pueden hacer lo que quiera o decir lo que quiera, porque sólo pueden ser juzgados por el tribunal Supremo (con jueces elegidos por ellos) y previo suplicatorio a otros que son como ellos (ya sabemos que hoy por ti, mañana por mi); y eso independientemente de que la causa a investigar tenga relación con su cargo o por asuntos personales. Más que curioso, todo esto resulta insultante.

Ahora estamos a vueltas con el aforamiento del rey Juan Carlos I. Sorprende la prisa que parecen tener algunos por proceder a este aforamiento, hasta el punto de hacer la chapuza de incluirlo en otra ley sin relación; ¿por qué? Como yo lo entiendo, o así debería ser, lo que este señor haya realizado durante su mandato ya debería estar cubierto por el aforamiento del que disfrutaba entonces (en este caso, además, inviolabilidad, según la constitución); lo que haga ahora, es un asunto personal y no veo el motivo por el que deba estar aforado.

Pero por otra parte, el otro extremo de la balanza, algunos se niegan a este aforamiento alegando que tiene que ser igual que el resto de ciudadanos; hasta aquí estoy de acuerdo; el problema es que quienes lo dicen, lo dicen desde su condición de aforados y no les veo que se rasguen las vestiduras por este motivo ni tengan prisa por promover una ley que les quite dicho aforamiento o, mejor aún, que hagan uso de su dignidad, den ejemplo y renuncien públicamente a dicho aforamiento; así sí resultarán creíbles.

En resumen, que quiero mi aforamiento ya; igual que quiero mi coche oficial o todos los privilegios de los que hacen gala todos estos tipos (ya sabemos, iPhones, iPads, ordenadores portátiles, tarifas 3G, ADSL, tarjetas para gastos, descuentos en viajes (por supuesto en business),… Todo a la vez y a cargo de nuestros impuestos).

«Es el deber de los hombres justos hacer la guerra a todos los privilegios inmerecidos, pero no hay que olvidar que esto es una guerra sin fin» (Primo Levy).

LA INDEPENDENCIA CATALANA

No quería hablar sobre este tema, me aburre sobremanera. No me quiero poner ni a favor ni en contra ni en el medio o terceras vías o lo que sea.

Pero hay algo importante que no parece haber llamado la atención ni a los que están en un extremo ni a los del otro ni a los del término medio. ¿Cómo es posible que en un asunto evidentemente internó la mayor parte de las veces que el gobierno central habla sobre ello lo haga el ministro de asuntos exteriores? ¿Es que nadie se da cuenta de las implicaciones de esa actitud?

«Cuanto menos aporta un político, más ama a la bandera» (Kin Hubbard).

LA SUCESIÓN DEL JEFE DEL ESTADO

El rey ha abdicado la corona, como todos sabemos. Según la constitución, hemos de darle permiso para irse, aunque el señor no se vea capaz de seguir; pero si le hubiéramos dicho que no, como algunos grupos políticos han intentado y él se hubiera ido de todos modos, ¿qué habría pasado? Porque es inviolable y no está sujeto a responsabilidad. A lo mejor habría sido divertido.

Luego están los otros, negándose a un referéndum sobre el tipo de estado que queremos (monarquía o república), alegando que creen (¿?) que no estamos por el cambio. A mí me parece que hay que preguntar y según lo que salga proceder al cambio de la constitución, porque lo contrario, como propone la derecha, viene a ser lo de siempre, una política de hechos consumados en la que tenemos que aceptar habitualmente un grupo de opciones, cuando lo que queremos es opinar sobre uno concreto. Y si sale que no queremos cambios, nos ahorramos todo el esfuerzo y dinero que conllevaría el tema. Estaría bien  que por una vez no empezáramos la casa por el tejado.

Claro que lo que no tiene sentido tampoco es la izquierda, negándose a aceptar al rey porque quieren una república. Y mientras tanto, ¿nos quedamos sin jefe de estado? ¿O es que pretendemos el cambio ya, sin más? Porque a esto último se le llamaría golpe de estado y no tendría algo básico como es preguntar a los ciudadanos.

Señores políticos, ya está bien, que la soberanía es nuestra y no lo entienden. Quizá deberían dejar paso a una nueva generación, con nuevas ideas, más honestidad, más democráticos…

«El que no se atreve a ser inteligente, se hace político» (Enrique Jardiel Poncela).

LA ATENCIÓN AL CLIENTE EN LAS TIENDAS

Quienes me siguen saben que hablo sobre todo de política y en ocasiones de economía. Pero no me limito a estos temas, porque desgraciadamente los motivos de queja están por todas partes.

Hoy quiero hablar de algo que me pone habitualmente de mal humor y que da una idea del nivel de preparación de las/los dependientas/es de las tiendas de ropa. No creo que sea el único al que se le dispara la presión arterial cuando ve cómo le doblan la ropa que acaba de comprar, especialmente las camisas, y por la que acaba de pagar un dineral. Resulta indecente; yo tengo trapos que voy a tirar a la basura que doblo mejor; así, tienes que estrenar la ropa con un planchado previo (¡ropa nueva!) o estrenarla ya arrugada; a veces no hay manera de sacar esas arrugas. Y lo malo es que no estamos hablando sólo de tiendas baratas (que me sigue pareciendo indecente), sino incluso a veces de tiendas de firmas importantes y bastante caras.

Señores, por favor, cuesta lo mismo hacerlo mal que bien, pues hagámoslo bien, porque a lo mejor la próxima vez me voy a una tienda de la competencia.

“Hombre sin sonrisa no abre tienda” (Proverbio chino).

 

VUELVO

Como Terminator, he vuelto. Llevo muchos meses sin escribir; obligaciones personales me han mantenido alejado de mis proyectos en Internet; la política, cada vez más sucia y arrastrada, tampoco me ha motivado a salir de una apatía casi de resignación, pero estoy aquí de nuevo. No estoy dispuesto a dejarme vencer por esa apatía interesada a la que nos quieren llevar nuestros dirigentes; no, no estoy dispuesto a ser un cordero sin capacidad de crítica o resistencia que se deja manipular, sometido, a los intereses de la clase dirigente, sea política, empresarial o financiera. Ya lo he dicho muchas veces y no me cansaré de decirlo: nuestra situación es sólo culpa nuestra y sólo de nosotros depende cambiarlo. Tal vez no sirva de nada, tal vez esté solo porque la inmensa mayoría de nosotros en realidad no lo ve así y está a gusto con lo que hay. Pero yo no estoy a gusto y no me resigno; y si no sirve de nada, al menos servirá para desahogarme, que no es poco.

«El verdadero combate empieza cuando uno debe luchar contra una parte de sí mismo» (André Malraux).

LO QUE NOS QUEDA POR APRENDER

Hace poco hubo un accidente de aviación en California. Ya sabemos lo que pasa en estos casos cuando ocurre en España, incluso en el resto de Europa: No se cuenta nada, todo está bajo secreto, las conclusiones a las que llegan sorprenden y no se argumentan y cuando hay más de una parte implicada, cada uno saca sus propias conclusiones.

Sin embargo, en este caso, vemos cómo cada día explican lo que han hecho, con quién han hablado, qué nuevos datos tienen y cómo está evolucionando la investigación.

Lo dicho: ¡lo que nos queda por aprender!

«Si no conozco una cosa, la investigaré» (Louis Pasteur).

LA SOCIEDAD QUE ESTAMOS CREANDO

Me preocupa la sociedad que hemos creado y el futuro que les espera a las nuevas generaciones. El martes, telediario de la noche de TVE1: Soy incapaz de contar el tiempo dedicado a los deportes, alrededor de 20 minutos, casi todos ellos de fútbol y con noticias que a duras penas pueden llegar a interesar a los seguidores de los diferentes equipos. Tras esta sección, se informa de que Plácido Domingo está ingresado por una embolia pulmonar que sufre desde hace unos días; en total, no llega a los 30 segundos.

Creo que sobran las palabras.

«Donde hay educación no hay distinción de clases» (Confucio).

LOS PERIODISTAS, RTVE Y LA IMPARCIALIDAD

Que la imparcialidad de RTVE es cosa del pasado, cada día es más evidente. Unamos a esto que los periodistas tienen tendencia a ser la voz de su amo, que no tienen criterio ni preparación y que parece que a veces no saben ni de lo que hablan.

Llama la atención la problemática que hay actualmente en Egipto: Un gobierno elegido en unas elecciones, unas protestas encaminadas a derrocarlo y un ejército que «vigila» la democracia. No entraré en el tema de fondo, pues es un asunto de los egipcios.

El resultado de las protestas es que el ejército ha tomado el poder y el gobierno legítimo ha sido detenido. Pues nos llega la enviada de TVE hace unos días y nos dice «con esto acaba el experimento político de los hermanos musulmanes»; señora mía, ese «experimento político» se llamaba democracia. Y llega la presentadora del telediario y lo remata al decir que los seguidores de los hermanos musulmanes (no entrecomillo pues no recuerdo las palabras exactas) dicen que se trata de un golpe de estado. Veamos: Un gobierno legítimo detenido por el ejército, que se hace con el poder: ¿Cómo lo podríamos llamar?

Objetividad ante todo, sí señor.

«Los periodistas son quienes reparten cizaña en la vida moderna» (Pablo Picasso).