SEGUIMOS A VUELTAS CON LAS OLIMPIADAS

Hay una reunión de la Unión Europea; se discute cuánto dinero darán a España para intentar reactivar la economía. A la vez, hay una reunión del Comité Olímpico Internacional (C.O.I.)para disipar dudas sobre las candidaturas. La gran pregunta: ¿Dónde está el ministro de economía? Exacto: En la reunión del C.O.I. Y para colmo, el presidente del gobierno deja la reunión de la Unión Europea a la mitad para ir a la del C.O.I. Lo curioso es que nadie se queja.

Creo que es algo que no hace falta comentar, se comenta por sí solo.

«El que no se atreve a ser inteligente, se hace político» (Enrique Jardiel Poncela).

NO QUIERO LAS OLIMPIADAS DE MADRID

Parece que es algo que no se puede decir, pero no quiero las olimpiadas de las narices. Un proyecto megalómano, a mayor gloria de los políticos implicados, sin que nadie me haya preguntado, como ya es habitual.

El problema es económico, pues me permito recordar a todos estos tipos que están gastando a espuertas, que estamos en medio de una crisis, con gravísimos recortes en derechos fundamentales y con rebajas de sueldos como no se había visto.

¿Alguien me puede decir cuánto dinero llevamos tirado en este capricho? Sale la alcaldesa de Madrid (recordemos: Acude a la peluquería con 2 coches oficiales, como demostró unos de los pocos programas televisivos todavía medianamente comprometidos; o se va a relajarse a un spa cuando han muerto unas cuantas chicas jóvenes por la chapuza de organización de un evento en el que está detrás el ayuntamiento, lo disfracen como lo disfracen), y nos dice que la inversión ha ayudado a que Madrid sea más conocida; bien, díganos usted cuánto ha invertido, lo que ha significado en aumento de ingresos y lo que nos ha costado esos ingresos para Madrid al resto de España, que no nos hemos beneficiado de tanta inversión.

Por si fuera poco, nos sueltan día tras días que el 80% de las infraestructuras ya está realizado; el problema es que ese mismo porcentaje se lleva manejando desde que empezó esta aventura, no sé si fue hace 8-10 años; al final llegará el día de la inauguración y seguiremos sin acabarlo.

Pero lo sangrante, lo que me repugna es que esta tipa diga que «sólo» son necesarios 15.000 millones de euros de inversión, en 7 años y por 3 administraciones y que por lo tanto es «perfectamente asumible». Veamos: Recortes en sanidad, en educación, se acabó la justicia gratuita, subidas de IVA, precios insostenibles, eventos culturales a un precio inasumible, ejército que no tiene ni para gasolina… ¿Sigo? Recordaré algo más: Madrid está privatizando los hospitales (al menos la gestión), en Cataluña también se están estudiando medidas similares, el euro por receta, la subida de porcentaje a pagar en las recetas, los pensionistas pagando sus medicamentos, bajadas de sueldo del personal sanitario y eliminación de una paga extra, al menos uno de los recortes del año pasado de 10.000 millones de euros. ¿Perfectamente asumible? ¿Qué tal dedicarlo a la sanidad y así que los recortes sean menores? Le recuerdo a esta señora que estos eventos siempre acaban siendo deficitarios, por lo que estamos hablando de tirar el dinero a la basura a cambio de supuestos beneficios más que dudosos.

Curiosas prioridades las de nuestros políticos.

«El deporte tomado en serio es como la guerra pero sin tiros» (George Orwell).

PACTOS A LA ESPAÑOLA

El problema de los políticos que nos han tocado en desgracia, quizá no sea la ineptitud o que sólo miren por sus propios intereses, como yo pensaba hasta hace poco. Quizá el problema sea de formación; al fin y al cabo, a algún inepto se le ocurre una reforma de la educación, del que salen mayores ineptos que vuelven a hacer una reforma, entrando en un terrible círculo vicioso. Lo digo porque parece que estos señores no tienen claro lo que es un pacto; y si no entienden las palabras que usan, ¿cómo van a ponerlas en práctica?

El otro día, el principal partido de la oposición anunció a bombo y platillo que querían pactar; no sé bien sobre qué, ni tampoco sé si este pacto es necesario, no entro en ello; el problema viene cuando apostillan que están dispuestos a pactar… siempre y cuando el otro partido haga lo que ellos digan. sorprendente y preocupante. Pero el otro partido, que sustenta al actual gobierno, responde y dice, más o menos, que están de acuerdo, que ellos también están dispuestos a pactar… siempre y cuando el otro partido haga lo que ellos digan.

Preocupante. Por no decir de escándalo.

«No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino» (Johann Wolfgang Goethe).

LA INVOLUCIÓN DE RTVE

Del gobierno de Zapatero se pueden decir muchas cosas y probablemente la mayoría malas. Sin embargo, algo que es indiscutible y que es mérito suyo, es que consiguió una radio y televisión públicas de calidad, sin publicidad, imparcial, objetiva. por fin daba gusto ver u oír al «Ente Público» y no acabar crispado, fueras de la ideología que fueras.

Con este gobierno, en pocos meses, se acabó todo eso y el problema es que va a más. Algunos críticos dicen que buscan el hundimiento de las audiencias para justificar que no es sostenible y poder privatizarlo. Yo añado más: mientras eso ocurre, o si no llega a ocurrir, podemos usarlo como plataforma de manipulación. Y como a nivel político habría muchas quejas, se está haciendo a nivel social.

Así, en TVE, en los telediarios, se emiten reportajes en los que se aconseja a los parados que recen (no me estoy inventando nada), o se sugiere a los padres que vigilen la ropa que llevan sus hijas; no puedo evitar pensar en una grandiosa escena de la película air-bag, cuando un político es detenido por abuso de menores y hace el siguiente comentario: «¿Cómo iba yo a saber que tenía 11 años? La culpa es de los padres que las visten como p…». Por si ésto fuera poco, cada vez hay más anuncios y es que el concepto de patrocinio cultural puede llegar a ser muy laxo.

En RNE es todavía más descarado: En las primeras horas de la mañana, dan noticias; son titulares, dado que en media hora han de dar las noticias más relevantes, hablar del tiempo y de los deportes y hacer desconexiones locales. Ya hablé en el anterior post de que la noticia sobre la doble mastectomía de Angelina Jolie era considerada tan importante como para ir en esta sección. Pero el otro día, una de las noticias más importantes era que la iglesia de Venezuela tenía un problema de abastecimiento de vino de misa; genial. Pero además, el presentador se permite emitir opiniones muy personales; así, habla de que la Unión Europea nos exige subir el I.V.A. (ya saben: menos dinero y por lo tanto menos consumo y más problemas para llegar a fin de mes) y lo apostilla con un «nos conviene. Hay que salir de la crisis». Sin comentarios. Pero la involución se observa todavía más cuando este señor escucha a un contertulio decir «es justo y necesario» (frase que se dice en misa, pero que es totalmente aséptica y se puede usar para muchas situaciones y de hecho se usa) y le dice totalmente serio que no está dispuesto a tolerar bromas sobre la religión; si le parece a este señor, podemos prohibir las fiestas y los cines en Semana Santa y que la radio sólo emita música sacra; ya lo aplicaba Franco en su momento.

Lo lamentable de todo esto es que nosotros, los dueños de RTVE, no hacemos nada. Como en tantos otros órdenes de la vida. Y así nos va.

«Un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya» (Henry Fielding).

ANGELINA JOLIE

Últimamente, con la que está cayendo, casi todas mis entradas tienen relación con la política, con la economía o con ambas. Pero mi intención cuando creé este blog era la crítica en general, buscar una mejora en la sociedad en su conjunto. Hay muchas cosas mejorables (no necesariamente como lo veo yo, ojo, por eso quiero que haya participación y diferentes puntos de vista) y todas ellas contribuyen a que la sociedad que creemos y que dejemos a las siguientes generaciones pueda ser mejor.

Y todo esto viene a cuento porque hace unos días nos hemos enterado de que Angelina Jolie se hará una doble mastectomía por el alto riesgo de padecer cáncer de mama. Una noticia que sin duda quitará el sueño a la mayor parte de la humanidad, de lo trascendente que es. No voy a entrar en si realmente hace bien o si se trata de una muestra más de su más que probable trastorno de personalidad, porque en realidad me importa un bledo.

El caso es que de lo poco que escucho de noticias a lo largo del día, están las que da cierta cadena estatal de radio por las mañanas. Estas noticias se repiten cada media hora; es decir, en media hora se han de dar las noticias más destacadas de la jornada, dejando espacio para el tiempo, para los deportes y para las desconexiones locales. Necesariamente por lo tanto, han de ser telegráficas y se han de seleccionar aquéllas que son importantes, rechazando las que no lo son tanto. Pues, ¡oh sorpresa!, resulta que la noticia de los pechos de Angelina Jolie se incluye entre las importantes que no se pueden dejar de dar. Posteriormente, por la noche, se volvió a hablar de ello, como mínimo en las noticias de una cadena que va por la vida de progresista, comprometida y todas esas pamplinas (es la que yo vi, no sé el resto). Y por supuesto, también en los periódicos.

Sin comentarios.

«Medios de comunicación es sólo una palabra que ha venido a significar mal periodismo » (Graham Greene).

LA INFANTA IMPUTADA

Hace poco hemos tenido conocimiento de la posibilidad de que una infanta de España (ya se sabe, una hermana del próximo rey y en un puesto alto en la línea sucesoria), podría estar implicada en un asunto de tráfico de influencias, cobro de comisiones ilegales y apropiación de dinero público. Sólo sospecha, pero por eso ha sido imputada, para poder investigar y aclarar el asunto, que yo considero grave. Sin embargo, poco después, han enmendado la plana a ese juez tan atrevido y han retirado la imputación.

No voy a entrar a hablar de si esta señora es culpable o no. Tampoco voy a hablar de las reacciones, creo que sorprendentes, de la casa real antes y después (aquí hay que felicitar a la casa del príncipe, que ha tenido desde un principio la actitud que la casa real sólo ha tenido una vez librados del «puro»; será por una cuestión generacional o porque alguien ve peligrar la continuidad). No voy a hacer comentarios sobre la actitud de la fiscalía, opuesta a investigar y facilitando el trabajo a los abogados defensores (al final cobrarán y otros les habrán hecho el trabajo). No voy ha hacer fáciles comentarios sobre el chiste que sigue siendo eso de que la justicia es igual para todos. O la actitud de los medios de comunicación, que han convertido a la infanta y al impresentable de su marido en poco menos que pobres víctimas dignas de compasión.

Quienes me siguen o han entrado alguna vez en mi blog (a los que no, les invito a leer otras entradas), saben que suelo acabar con una frase relacionada con el tema de la entrada, intentando que nos haga pensar un poco más. En esta ocasión, quiero que la base de este post, sea esa frase, pues creo que viene al dedo y nos debería hacer pensar un poco más a todos, especialmente a los que detentan cargos de responsabilidad (no he confundido la palabra, aunque reconozco que no todos detentan, algunos pueden llegar a ser honestos y sólo ejercen un cargo): LA MUJER DEL CÉSAR NO SÓLO DEBE SER HONESTA, SINO ADEMÁS PARECERLO.

EL IPC, UN CACHONDEO

Hace 15 años que me independicé y me fui a vivir con mi pareja. Desde entonces, el IPC ha subido, teniendo en cuenta el porcentaje oficial anual, aproximadamente un 40-50% (el dato exacto no lo sé, pero no se alejará mucho de éste). Sin embargo, cuando calculo los precios de entonces (todavía en pesetas) y los actuales, me llevo una sorpresa: todo cuesta entre un 100% y un 150% más que entonces (periódicos, cafés, gasolinas, comida, higiene, supermercado, cine, restaurantes, …). Que cualquiera haga la prueba y lo comprobará. Y este engaño, da igual que sea a través de la derecha que de la izquierda, pues todos lo han hecho igual. Supongo que no conviene un IPC desbocado y si no lo ponen negativo es porque sería demasiado descarado. Se me vienen a la cabeza una petición y una pregunta.

La petición: que me digan dónde comprueban los precios estos señores, porque me gustaría comprar allí.

La pregunta: ¿Nos toman por tontos? Creo que mejor no responder.

«El precio de las cosas debería depender de su mérito, jamás de su epíteto» (William Shakespeare).

EL INTERÉS POLÍTICO

El señor Pujol hijo, señor Oriol, está imputado en un caso de adjudicación de unas concesiones de ITV «a dedo» y de enriquecerse a costa de ellas, de modo ilícito. Lejos de negar los hechos, al menos en cuanto a la concesión «a dedo», afirma que lo hizo por «interés político» y en defensa de un modelo de estado. Como siempre, los periodistas, «la voz de su amo», no han entrado demasiado en detalle, incluso lo han defendido, pero yo lo he escuchado de su boca, por lo que sé seguro que lo ha dicho.

¿Interés político? Podría llegar a entender el interés público, pero el político… O sea, lo que más les conviene a él o a su partido… Sin comentarios.

¿Y qué decir de la defensa de un modelo de estado? ¿Quién le ha concedido a este señor la potestad para ser él el que decida cómo ha de ser el estado? ¿No le corresponde eso al titular de la soberanía? Recordaré, porque estos políticastros tienden a olvidarlo, que la soberanía reside en el PUEBLO, no en ellos. Pero aceptemos que este señor sabe cuál es el mejor modelo de estado, porque recibió una especie de inspiración divina. Pues resulta que está defendiendo un estado basado en la corrupción, en las adjudicaciones a dedo a amigos, en la ausencia de libre competencia e igualdad de oportunidades, en la falta de transparencia (Por no decir total opacidad), en la necesidad de medrar para triunfar, en la falta de democracia, en la autoridad de uno contra todos, en el «ordeno y mando», en el enriquecimiento ilícito… Francamente, no me interesa un estado de estas características.

«El primer signo de la corrupción en una sociedad que todavía está viva es el fin justifica los medios» (Georges Bernanos).

FIRMEZA EN NUESTRAS POSICIONES

El señor Rajoy, presidente del gobierno de nuestro país, es un ejemplo de firmeza. De las primeras cosas que dijo, creo recordar que antes de jurar o prometer el cargo fue la frase «a mí nadie me dice lo que tengo que hacer»; no se sabe si fue por esto o porque se le dijo que lo hiciera, dio un giro de 180º a su programa electoral; por supuesto, no preguntó a los que le habían votado para hacer una cosa determinada si estaban de acuerdo con que hiciera justo lo contrario. Posteriormente, cada vez que anunciaban una medida, llamémosla de austeridad, por no decir de opresión, decían aquello de que era la última y ya no sería preciso más; pero llegaba Europa (o Alemania, que para el caso es lo mismo) y decía que había que apretar más las tuercas a la ciudadanía, y por supuesto se hacía. Y cada vez que se veía que no se podía cumplir con el déficit impuesto o con la exigencia de turno, se corría a Europa (o Alemania, que para el caso es lo mismo) a pedir permiso. O se quería hacer alguna medida de estímulo de la economía, aunque no costara dinero, y por supuesto se corría a Europa (a Alemania, que para el caso es lo mismo) a pedir permiso. Eso sí, al ser tan sumisos, hemos tenido un poco más de manga ancha que otros países, como Grecia. Muchas veces me he preguntado por qué no se ha pedido el rescate; si al fin y al cabo las decisiones sobre nuestra política y nuestra economía se van a tomar igual en Europa (o Alemania, que para el caso es lo mismo), al menos tendríamos el dinero. Lo último ha sido  de circo, aunque los medios (la voz de su amo, no lo olvidemos), ni lo han mencionado; y es que llevamos todo el año escuchando la cantinela de que ya no habría más reformas, que todo lo que se tenía que hacer ya se había hecho y que ahora sólo había que sentarse a contemplar el paisaje mientras las medidas tomadas obraban el milagro. Pero este mes de abril llegan los emisarios de Europa (o Alemania, que para el caso es lo mismo) y nos dicen que no basta, que hay que tomar más medidas, que hay que terminar de aplastar a la clase media, que todavía se ven a algunos que pueden respirar e incluso comer; y sale nuestro «querido» presidente y nos dice que no harán nada especial porque ya estaba previsto un nuevo paquete de reformas para fin de mes.

Casualmente lo dice después de que se lo pidan «amablemente», casualmente se han de tomar nuevas medidas donde ya no hacían falta más, casualmente nos hemos vuelto a bajar los pantalones, casualmente nos han vuelto a decir lo que tenemos que hacer, casualmente cada vez queda más claro que nos gobiernan desde Europa (o Alemania, que para el caso es lo mismo).

Lo dicho, firmeza en nuestras posiciones, ni un paso atrás.

«Sólo hay una regla para todos los políticos del mundo: no digas en el poder lo que decías en la oposición» (John Galsworthy).

POLÍTICOS Y BANQUEROS CONTRA CIUDADANOS

Resulta curioso el modo que tienen los políticos de ayudarnos. Resulta curiosa la preocupación por los ciudadanos. Y resulta curioso que los ciudadanos (dueños absolutos de la democracia, no lo olvidemos), no hagamos nada al respecto. Nos venderán la moto de que no están vendidos al dinero, a los mercados, a los banqueros o similares. Y el problema es que muchos se lo creen o dicen aquello de que la alternativa es peor, aunque nadie nos ha dicho cuál es la alternativa y por qué no hay más que una alternativa.

Todo esto viene al caso de la ley que plantean en Andalucía para expropiar a los bancos los pisos no usados y aquéllos que vienen de desahucios éticamente discutibles. No entraré a valorar la conveniencia de dicha ley, si es constitucional o no, si atenta contra el libre mercado (como si eso fuera lo más importante), o si realmente servirá para algo o no.

Pero me llama la atención la rapidez (nada habitual en otras circunstancias) con la que el ministro de justicia ha salido a anunciar que estudiarán el tema para valorar su constitucionalidad, dejando claro de qué lado está nuestro gobierno.

Y además nos dice que todos los españoles tenemos que ser iguales y bla, bla, bla. Pues como tenemos que ser iguales, que los andaluces sigan jodidos, no nos vamos a plantear la alternativa (ya saben, la alternativa es peor) de extender esta medida a todos los españoles.

«Cuando hay dinero por medio es muy difícil la libertad» (Gonzalo Torrente Ballester).