LA EDUCACIÓN SEGREGADA

Por fin un juzgado nos dice que no se puede pagar con dinero público a colegios que hacen una enseñanza segregada, es decir, que discriminan por sexo. Pero al tipo que tenemos de ministro de educación, le parece una manera de enseñar correctísima y al gobierno catalán se la trae al pairo porque como ya están pagados… Veamos, señores políticos, les explico, porque parece que no lo entienden, estamos en crisis, no hay dinero y el poco que nos queda se dedican a regalarlo a grupos protofascistas que educan a sus hijos con estas ideas; que ya me parece mal cuando hay dinero, pero si encima nos recortan la sanidad, la educación pública, los sueldos, nos suben los impuestos…

Y yo me pregunto cuál será la razón para esta segregación; por mi propia experiencia, sé que es falso lo de que cada sexo evoluciona a un ritmo, se trata más bien de personas. Así, sólo me queda imaginarme que a los chicos les enseñarán ingenierías y a las chicas corte y confección.

Pero sin entrar en cuestiones de aprendizaje, la mezcla en las mismas aulas de personas de distinto sexo sirve para aprender valores que van más allá, como el respeto o el saber que todos somos iguales; si me pongo como ejemplo, tanto muchos amigos míos como yo mismo hemos sido educados en un ambiente «tradicional», porque nuestros padres no se planteaban otra circunstancia; sin embargo, ahora podemos ver a todos por igual sin preocuparnos por sexo, raza, religión…, debido precisamente a esta enriquecedora mezcla que vivimos en el colegio. Eso es mucho más importante, pero como estamos en un período claramente involucionista, pues pasa lo que pasa.

Quiero creer que de nuevo los políticos viven en su propio mundo y que la sociedad en general no acepta esto. Pero al final tenemos lo que nos merecemos, dada nuestra cada vez más preocupante indiferencia ante todo lo que está pasando.

«No hace falta ser anti-hombre para ser pro-mujer» (Jane Galvin Lewis).

Somos «su gente»

El señor ministro de exteriores no tiene otra idea mejor que hablar de los españoles cono «nuestra gente». Esta expresión de indudable tufillo fascista, da a entender que los españolitos somos tontos y necesitamos que alguien se preocupe de nosotros y nos cuide; por supuesto, ellos, aunque no sé en base a qué inspiración divina han decidido que ellos son los preparados y los demás somos los tontos. Hace poco pude ver la película Arde Mississipi; el alcalde racista hablaba de «nuestros negritos»; parece que no hemos cambiado mucho. Y el tema es más grave si pensamos que este tipo es el que va por ahí contando «divertidas» anécdotas del general Franco (así, con reverencial respeto). Si le añadimos al «gracioso» del señor Montoro, al que le parece que la situación actual y los parados son motivo de risa. Y si lo aderezamos con los deseos hacia los parados que tienen algunos diputados del PP (ya saben: «que se jodan»). Y si mientras nos tiene que sacar de la crisis uno de sus culpables, que no se caracterizaba además por dar buenos consejos de inversión. Y lo rematamos con un presidente desaparecido en combate. Añadamos una oposición patética, sin fuerza y que actúa como si no hubieran tenido nada que ver en lo que tenemos. Pues lo que no entiendo es cómo todavía no ha habido una rebelión masiva de toda la ciudadanía (ojo, no llamo a la rebelión, no sea que me acusen de algún delito, sólo me sorprendo de que no se produzca).

«Quien lucha, puede perder; quien no lucha, ya perdió» (Anónimo).

    ¿DE VERDAD NOS MERECEMOS ESTOS POLÍTICOS?

    De momento no voy a hablar de los recortes, mejor dejarlos reposar un poco. En este momento mi indignación es tal que diría cosas de las que a lo mejor me arrepiento y, además, probablemente no cumpliría con mis propias normas.

    Pero hay algo que me parece indecente, ofensivo, digno de una revolución; no es ni de lejos aceptable que estos energúmenos que tenemos de políticos aplaudan a rabiar loas medidas que nos empobrecen a todos, que hace retroceder  el estado de bienestar varias décadas; si no quieren llorar, al menos que se callen; claro, que es muy fácil estar feliz cuando a ti los recortes no te afectan ni siquiera de refilón.

    ¿Y qué decir de esa tipeja, perteneciente a una dinastía en la que destacan casos de personajes que hacen y deshacen sin que nadie les haya elegido para sus cargos (es lo que tienen las «democráticas» diputaciones provinciales), en la que priman sospechosas circunstancias de presunta corrupción y actitudes mafiosas? Esta señora les ha deseado lo «mejor a los parados» en medio de la euforia que rodeaba a los de su clase; y luego nos vende la moto de que se lo dedicaba a una persona determinada; ¡señora, que las imágenes claman!

    Por supuesto, nadie dimite, nadie es cesado. Es lo que tiene vivir en un país de pandereta, de «república bananera».

    «Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y después te cambian el programa» (Enrique Jardiel Poncela).

    EL ESTADO DE LA NACIÓN

    Tenemos una prueba más del concepto de democracia que tienen algunos políticos. Resulta curioso su concepto de transparencia y se olvidan de que tienen la OBLIGACIÓN de informarnos. Ahora dicen que este año no habrá debate sobre el estado de la nación y se escudan en el poco tiempo que llevan en el poder. Señores, que llevan más de medio año, ¿cuánto tiempo consideran que deben estar en el poder para considerarse obligados a informarnos? Indecente, simplemente indecente. E intolerable.

    «La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas» (Albert Camus).

    INICIAMOS UNA NUEVA ETAPA

    Hola de nuevo. Mi desconocimiento del funcionamiento de los programas de creación de páginas web ha provocado un desaste sin solución. Todas mis anteriores entradas han desaparecido para siempre. Accidentalmente eliminé el blog y, por supuesto, no tenía copia de seguridad. El resultado es que comenzamos de nuevo desde cero. Pero con la misma energía, si no más, y con las mismas ilusiones de lograr lo que todos queremos: Un mundo mejor donde vivir, más justo. Desgraciadamente hay miles de cosas que vemos que no funcionan o que se hacen mal y por dejadez no hacemos que cambien. Quizá ha llegado el momento de tomar las riendas de nuestro destino, dejar de delegar y obligar a todo aquél que haga mal algo, sea intencionadamente o no, a que cambie. Recordad la regla básica de este blog: No permito que se usen insultos o insinuaciones personales, hemos de suponer que lo que va mal es porque no se sabe hacer mejor y no por una mala intención; incluso en el caso de que fuera malintencionado, la solución no es ponernos a la altura de estas personas, hemos de estar por encima de ellos, avergonzar su conducta y para eso no hemos de darles argumentos. Reiniciemos pues la marcha.

    «Caminante, no hay camino, se hace camino al andar» (Antonio Machado).