LA ATENCIÓN AL CLIENTE EN LAS TIENDAS

Quienes me siguen saben que hablo sobre todo de política y en ocasiones de economía. Pero no me limito a estos temas, porque desgraciadamente los motivos de queja están por todas partes.

Hoy quiero hablar de algo que me pone habitualmente de mal humor y que da una idea del nivel de preparación de las/los dependientas/es de las tiendas de ropa. No creo que sea el único al que se le dispara la presión arterial cuando ve cómo le doblan la ropa que acaba de comprar, especialmente las camisas, y por la que acaba de pagar un dineral. Resulta indecente; yo tengo trapos que voy a tirar a la basura que doblo mejor; así, tienes que estrenar la ropa con un planchado previo (¡ropa nueva!) o estrenarla ya arrugada; a veces no hay manera de sacar esas arrugas. Y lo malo es que no estamos hablando sólo de tiendas baratas (que me sigue pareciendo indecente), sino incluso a veces de tiendas de firmas importantes y bastante caras.

Señores, por favor, cuesta lo mismo hacerlo mal que bien, pues hagámoslo bien, porque a lo mejor la próxima vez me voy a una tienda de la competencia.

“Hombre sin sonrisa no abre tienda” (Proverbio chino).

 

Los comentarios están cerrados.